La amistad entre los boricuas y el albariño

San Juan, 5 de agosto –  Aunque a la albariño muchos en Puerto Rico la estereotipan como una variedad de uva blanca que apenas produce vinos jóvenes, frescos y fáciles, la realidad es que es una de las grandes uvas nobles del mundo, capaz de crear vinos de distintos estilos, para toda ocasión y con gran aptitud gastronómica, que hallan en la denominación de origen gallega Rías Baixas el origen por excelencia para alcanzar el máximo esplendor de su expresión varietal, y en Puerto Rico a uno de sus más fieles mercados en el mundo.

Ubicadas en el noroeste atlántico de España, las Rías Baixas son un territorio bañado por el Océano Atlántico, con un clima templado, humedad y un suelo de granito, elementos que conforman una ecuación favorable para el cultivo de la albariño, una variedad ancestral y autóctona de Galicia, aromática y de elevada acidez, que ha tenido un enorme crecimiento internacional.

Puerto Rico es el tercer mercado de exportación para los vinos de la DO Rías Baixas, el de mayor consumo per cápita fuera de España y uno en que la importación de vinos de esta denominación de origen casi se ha duplicado en los últimos años. Los vinos de Rías Baixas representan cerca del 20% de los vinos españoles que se importan a Puerto Rico.

“Si el vino es un buen vehículo para la amistad, a través del vino albariño ha surgido una corriente imparable de amistad entre los puertorriqueños y quienes somos parte de la denominación de origen Rías Baixas, que ha venido a sumarse a los íntimos lazos ya existentes entre Galicia y España entera y el pueblo de Puerto Rico”, afirmó Juan Gil de Aráujo, presidente del Consejo Regulador de la DO Rías Baixas en comunicado de prensa. 

Los vinos de casi medio centenar de bodegas de la DO Rías Baixas tienen presencia en la Isla, donde pueden conseguirse blancos, espumosos y también algún tinto de la denominación. 

Para conocer ese arcoíris de estilos y sensaciones vínicas, y coincidiendo con la semana en que en España se celebra la Festa do Albariño, el CRDO Rías Baixas propició un encuentro de algunas de las elaboraciones más premium y singulares de sus vinos disponibles en Puerto Rico con la creatividad culinaria más distintiva de la alta cocina del chef puertorriqueño Carlos Portela y Orujo Taller de Gastronomía, que comparte con los vinos de Rías Baixas una devoción por la tierra, lo genuino y lo autóctono.

El talentoso cocinero deleitó a los asistentes con un extenso menú de degustación que cinceló alimentos puertorriqueños desdoblados en aperitivos, platos de pescado, carne y otras delicias. Como taller culinario, en Orujo el chef desarrolla no solo platos y recetas, sino toda una experiencia gastronómica para paladares aventureros, que se cimenta sobre ingredientes locales, interpretados de maneras inéditas que, en una perfecta simbiosis de técnica y tradición, buscan sublimar los frutos de la tierra puertorriqueña con las creativas interpretaciones de Portela.  

Estos sabores se fundieron con ocho etiquetas que recorrieron diferentes molduras y edades de los albariños de la DO Rías Baixas como fueron el Señorío de Rubiós Brut Nature, espumoso elaborado con segunda fermentación en botella; el Cinco Islas Oro, con un origen en cepas centenarias y pensado para largas guardas; el Attis Embaixador, con elaboración parcial en granito, un material que comienza a ponerse de moda entre las bodegas de la denominación; el Fefiñanes III Año, con vocación de perdurar y una larga crianza en depósito de acero inoxidable antes de embotellar; el Terras Gauda Etiqueta Negra, un albariño fermentado y envejecido en madera; o el Paco & Lola No. 12, un albariño semidulce.

Los sabores de Orujo también permitieron conocer una oferta vínica que trascendió la albariño, con copas de La Mar, un blanco de la variedad caíño blanco, y de Abade de Couto El Rebelde, un ensamblaje de brancellao, sousón y caíño tinto recién llegado al mercado de Puerto Rico y el primer tinto de la DO Rías Baixas disponible en la Isla.

“Los vinos de la DO Rías Baixas siempre han tenido presencia en el restaurante, pero este ejercicio ha permitido descubrir nuevas propuestas y elaboraciones, así como confirmar la versatilidad de la uva albariño y otros vinos de la denominación como armonía para nuestras creaciones culinarias”, indicó el cocinero.

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