El Foro Vitivinícola de Argentina se enfoca en la crisis económica y climática

Por Javier Castro Bugarín

Mendoza (Argentina)(EFE) – Las dificultades para importar y exportar, el auge de la inflación y el impacto en las cosechas de la sequía y las heladas tardías protagonizaron el Foro Vitivinícola 2022, un encuentro celebrado este viernes en la ciudad argentina de Mendoza (oeste), considerada la «capital del vino» del país suramericano.

Organizado por Bodegas de Argentina, cámara que agrupa a la mayoría de bodegas del país, este evento se estructuró en torno a dos pilares fundamentales: por un lado, la visión de los gobernantes de las provincias vitivinícolas; y, por otro, los aspectos más técnicos, con el fin de profundizar en los desafíos presentes y futuros de la industria. 

«La vitivinicultura en el mundo sigue avanzando. Nosotros, que somos netamente exportadores, que tenemos un gran potencial y que llevamos la marca Argentina al mundo, necesitamos también parar un día y repensar muchos de estos temas», afirmó a EFE Patricia Ortiz, presidenta de Bodegas de Argentina. 

Según datos de esta entidad, Argentina está posicionada actualmente como séptimo productor y décimo exportador mundial de vinos, generando unos 156.000 empleos directos y otros 300.000 indirectos en todo el territorio nacional. 

LA MECA DEL VINO EN ARGENTINA

Situada en el límite fronterizo entre Argentina y Chile, Mendoza goza de unas condiciones privilegiadas para la producción vitivinícola, con un suelo árido perfecto para el cultivo de diferentes cepas de uva, especialmente del malbec, la variedad argentina por excelencia. 

Esas características convierten a esta provincia en el mayor exponente del vino en Argentina y uno de los mayores de Suramérica: en 2021, Mendoza elaboró 9,7 millones de hectólitros de vino, lo que representó el 78,4 % de todo lo producido en el país, según cifras del Instituto Nacional de Vitivinicultura. 

No sorprende, pues, que el Foro Vitivinícola se haya celebrado en esta región, congregando a más de 300 asistentes entre bodegueros, empresarios y funcionarios provinciales para abordar cuestiones como la comercialización, el enoturismo o los recursos humanos.

«Creo que la infraestructura que hoy tenemos en Mendoza es única. Hay establecimientos reconocidos mundialmente, arquitecturas increíbles, paisajes, excelentes vinos y muy buena gastronomía. Hemos logrado juntar todo y creo que no hay tantas provincias que lo pueden tener», manifestó Ortiz.

De hecho, Mendoza fue seleccionada hace unos días como la Capital Iberoamericana de la Gastronomía y el Vino para 2023, convirtiéndose en el tercer destino sudamericano en obtener este galardón.

FALTA DE INSUMOS Y DIFICULTADES PARA EXPORTAR

La crisis económica que atraviesa Argentina, agravada, en tiempos recientes, por la escasez de divisas y la alta inflación, ha tenido su impacto en la industria del vino, que ha concretado exportaciones en los primeros nueves meses de este año por 637,8 millones de dólares, un retroceso del 5,6 % en comparación al mismo período del 2021.

Un contexto macroeconómico al que se sumaron, además, la sequía extrema y las heladas tardías como consecuencia del cambio climático, lo que ha provocado daños en los cultivos de más de 54,000 hectáreas vitivinícolas en Mendoza y otras 10,000 en la vecina San Juan.

Esta situación no ha pasado inadvertida para los representantes del sector, que durante las diferentes charlas del foro han reclamado mayores «incentivos» por parte del Gobierno nacional, sobre todo en lo relacionado con las importaciones de insumos y las trabas al comercio exterior.

«Tenemos dificultades para importar elementos esenciales para la elaboración del vino y para hacer pagos al exterior. Siempre decimos que nuestras ventas no están cuando exportamos, sino cuando el producto llega al mercado. Todo eso es marketing y hay que pagarlo», subrayó Ortiz.

Con todo, la titular de Bodegas de Argentina destacó el «buen diálogo» con el Gobierno nacional, quienes entienden la «preocupación» del sector vitivinícola. 

«Entendemos que es un momento muy difícil, nos preocupa mucho la pobreza, entendemos que hay que tratar de ser inclusivos, pero también sabemos que somos un sector que genera mucho empleo y que tiene capacidad para atraer dólares», aseguró la empresaria.

¿DÓLAR MALBEC?

Para los bodegueros, la situación mejoraría considerablemente con la instauración del denominado «dólar malbec», que no consistiría en un tipo de cambio diferenciado para el sector, como es, por ejemplo, el «dólar soja», sino que se basaría en la eliminación del impuesto del 4,5 % por cada dólar exportado («retenciones»).

«Pedimos una quita de retenciones. Entendemos que un país tampoco puede funcionar con 50 tipos de dólar, eso no es sano, nosotros eso lo entendemos, pero sí creemos que las retenciones son distorsivas y realmente no son justas en este momento», sentenció la presidenta de Bodegas de Argentina.

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