El vino y sus “taxes”
El impacto del nuevo impuesto afectará adversamente al consumidor, al restaurador y al distribuidor local.
Por Amanda Díaz de Hoyo
De cara a un aumento en los impuestos al vino europeo, otra de las ocurrencias del presidente Trump, surge la interrogante ¿cuán variable es el precio local del vino? A esta le añado ¿y por qué el aumento?
Para fines del consumidor local del vino, et moi aussi, los precios de los espíritus fermentados varían según diferentes criterios como: oferta y demanda, añada, factores psicosockales, los dictámenes de la economía mundial, y la edad y maduración del vino. Parece mucho cuándo al final, lo que quieres es disfrutar de un vino.
En Puerto Rico, los impuestos son bastante altos en este y otros renglones. El impacto del nuevo impuesto afectará adversamente al consumidor, al restaurador y al distribuidor local. A diferencia de otras jurisdicciones, la variedad de vinos de otras zonas productoras en la Isla es bastante alta. Esto se debe a un mayor conocimiento sobre el vino y su cultura que en los propios Estados Unidos. Esa variedad ofrece la oportunidad al consumidor de encontrar buenos vinos de materializarse finalmente el impuesto a los europeos. Existe, al momento de esta redacción, un esfuerzo bipartita en el senado de los EE.UU., para remover el impuesto del 25% que otros productos de consumo como el queso, galletas, aceitunas y hasta el single malt whiskey.
Es interesante saber que muchas de las casas europeas han asegurado producción en Suramérica, EE.UU., Africa del Sur. Casas de gran prestigio como la francesa Tattinger, tiene en Napa Domaine Carneros, o Mumm; o casas con influencias españolas e italianas, bien a lo Marimar Torres, y brindan opciones. Quizás es buen momento para repasar los vinos de Argentina, Chile, Uruguay con enólogos jóvenes que prometen calidad y precios por sus vinos.
Tanto amantes del vino como comerciantes están trabajando sus estrategias para que el vino no falte en la mesa. Conversamos con Gregory Díaz, de V.Suarez, quien trabaja mayormente la zona sur de Puerto Rico, sobre el tema de los precios y cómo se prepara la industria ante los nuevos retos arancelarios. Díaz reconoce que la educación sobre el tema arancelario radica mayormente en los distribuidores locales, quienes informan sobre los cambios propuestos en los precios. Sin embargo, dialogando con él coincidimos en que la variedad de vinos qué hay localmente puede ofrecer nuevas oportunidades al consumidor. “Una de las primeras preguntas que me hacen los clientes es qué tenemos nuevo en los vinos”. Esto mayormente se debe al perfil cambiante del consumidor joven, que viene de un hogar con tradición de vino.
Las aplicaciones, los comentarios en redes sociales, y los análisis de los espíritus desde una perspectiva cultural y educativa permiten una apertura a un consumo equilibrado. Esa ha sido la responsabilidad básica de la educación sobre el tema.
El tantrum detrás del arancel
Por siglos, los aranceles se han usado como medida de desquite. Lo lindo del tantrum de este presidente es que nada tiene que ver con bebidas y comidas. Es por el apoyo de Francia a Airbus mediante préstamos. La pelea entre Airbus y Boeing pone en peligro la industria de alimentos.
Tengo un funny feeling de que con esto también el presidente quiere hacer creer que los vinos que produce en Virginia son buenos. La mejor crítica es que son botoxidados, con aroma de perfume barato, y burdos.
Total, reflejo de su dueño, aunque disfrace la compañía bajo el nombre de su hijo. En mi jerga, parecen vinos “prende trimmer”.