El vino español recupera EE.UU. y anticipa un crecimiento
Madrid, 15 de abril de 2022 (EFE) – Las exportaciones de vino español a Estados Unidos se recuperaron en 2021 tras el fin de los aranceles, pero el mercado ve aún un mayor margen de crecimiento en ese país por su transparencia burocrática, su cercanía cultural y la fidelidad de sus clientes, entre otras razones.
Distintas fuentes del sector señalaron a EFE que ven una oportunidad, sobre todo para las bodegas de menor tamaño, y consideran que España podría pasar de los 1.000 millones de euros en exportaciones de vino a Estados Unidos en cinco años.
Para el director general de la Federación Española del Vino (FEV), José Luis Benítez, el mercado estadounidense es «potencialmente el más importante» que tienen en este momento los bodegueros españoles.
«Estados Unidos es un mercado en el que podemos crecer mucho, sobre todo en valor, vendiendo más caro y llegando a más sitios. Es un mercado con mucho potencial, súper interesante y donde todavía tenemos recorrido», afirma Benítez.
En números, según datos del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV), Estados Unidos fue en 2021 el segundo mayor comprador de vino envasado español en términos de valor, con una facturación de 231.8 millones de euros, lo que supuso en 12.9% más que el año anterior.
Mientras, el crecimiento en volumen de los envíos a Estados Unidos fue del 6.6%, hasta los 46.1 millones de litros, lo que situó al país como el quinto destino de los caldos españoles en 2021.
MÁS ALLÁ DE LOS ARANCELES
Para el director general del OEMV, Rafael del Rey, la recuperación de las ventas a Estados Unidos está siendo «extraordinaria» y viene acompañada de las mejoras que, en general, experimentaron las exportaciones españolas el año pasado.
Pero en el caso estadounidense, este aumento vino impulsado no solo porque la pandemia comenzó a aflojar, sino por el fin de los aranceles que este país había impuesto en 2019 a la importación de algunos productos europeos, entre ellos el vino español, y que acabaron en junio de 2021.
Los aranceles tuvieron su origen en la guerra comercial entre Airbus y Boeing, pero más allá de eso, Estados Unidos se presenta como un mercado que «ofrece seguridad jurídica», indica Benítez.
Para Álvaro Giménez, CEO de la consultora especializada en internacionalización Gimenez & Sigwald Wine Associates, Estados Unidos es una «alternativa segura y duradera frente a la volatilidad de los mercados asiáticos y de América del Sur» y más en un contexto geopolítico alterado con la guerra en Ucrania, señala a Efe.
Giménez subraya también que en Estados Unidos hay transparencia burocrática, una sólida regulación de acuerdos comerciales firmes, fiabilidad y estabilidad del entorno legal, empresarial y de aduanas, y además valoró que existe una cultura del vino dado que se trata de un país productor.
FUTURO PROMETEDOR
Según Giménez, el vino español ahora solo representa en Estados Unidos entre el 6 y el 7% de la cuota de mercado, mientras que países como Francia o Italia triplican la presencia española.
Esto ofrece un recorrido que en cinco años puede llevar a España a superar los 1.000 millones de euros en exportaciones de vino a Estados Unidos y doblar su cuota de mercado, en función de los datos ofrecidos por su consultora.
«Estamos en una desventaja total con Francia e Italia pero España tiene una ventaja y es que ahora mismo el mercado está entendiendo que la mejor realidad calidad/precios es la del vino español. La tendencia es que los catálogos tengan cada vez más vino español», resalta Giménez.
En su opinión, se trata de un mercado idóneo, sobre todo, para que las pequeñas y medianas bodegas españolas puedan vender el vino como un producto «boutique» y «exclusivo», pero asegura que para que esto sea posible hay que ayudar a estas empresas a entrar en ese mercado con misiones comerciales directas, entre otros instrumentos.
«En España producimos grandes vinos que cuentan con buenas oportunidades en el mercado estadounidense, pero es fundamental saber llegar con una estrategia sólida, con objetivos y públicos bien definidos», argumenta.
«Estábamos en la costa este y representados por las grandes marcas y lo que ha pasado es que ahora cualquier bodega familiar puede vender y no solo en Nueva York», abunda.